Los datos que fueron presentados, sirvieron para evaluar el desarrollo del sistema escolar del país desde la perspectiva de su suficiencia en relación con la eficiencia interna, externa, y el crecimiento demográfico.
Se resalta que, aun con todos los esfuerzos realizados por el gobierno federal, el crecimiento del sistema escolar no fue lo suficientemente grande para integrar a los individuos que se incorporaron durante ese lapso a las cohortes demográficas que constituyen las demandas potenciales de los distintos niveles de escolaridad.
Además, no se le presto suficiente atención a la eficiencia interna del sistema por parte de la política de expansión escolar que fue usada en el país. Esto ocasiono que el sistema escolar siguiera mostrando un manejo piramidal muy marcado. Así, a mayor fuera el grado de escolaridad, menor número de alumnos se observaba. Sin embargo, se observó también que, con el paso del tiempo, para acceder a una oportunidad de trabajo, se requería mayor escolaridad.
En las ciudades, en las zonas sociodemográficas de mayor desarrollo relativo, y los sectores sociales altos se presentaron mejores índices de satisfacción de la demanda escolar y de eficiencia interna que en las regiones rurales, zonas sociodemográficas menos avanzadas, y sectores sociales bajos.
Una de las cosas más interesantes, es que en las comunidades rurales se observó que la satisfacción de la demanda de educación primaria creación más rápido que en la comunidades urbanas. No obstante, esto no fue por una mayor velocidad de expansión de las oportunidades escolares, sino al poco crecimiento de la demanda potencial en las zonas rurales, lo cual puede ser causado por los procesos de migración interna.
Como consecuencia, se notó una mejoría en las zonas de menor desarrollo sociogeográfico en los coeficientes de satisfacción de la demanda de educación primaria que las de las zonas económicamente más avanzadas. No obstante, la educación media y superior se desarrolló con mayor intensidad en estas últimas regiones.
Así, las zonas sociodemográficas rezagadas se fueron acercando a las rezagadas en cuanto a educación primaria, pero se alejaron de estas aún más en cuanto al desarrollo de enseñanzas posprimarias.
Gracias a esto, se puede asegurar que la política escolar que siguió el país ayudo a reforzar movimientos que tienden a incrementar el distanciamiento de las zonas sociogeográficas rezagadas con respecto a las más avanzadas.
Lo anterior impidió que la escolaridad actuara eficientemente como canal de la movilidad social y el equilibrio regional. Además, el hecho de que se le empezara a dar menor valor a la escolaridad (lo cual se observó en el mercado de traba bajo) limito esta capacidad. Así, las políticas de expansión del sistema escolar tampoco dieron atención suficiente a la eficiencia externa de dicho sistema, ya que con ellas no se ayudó ni mejoró la movilidad social ni la redistribución del ingreso en México.
El capítulo también hace referencia al sistema de estratificación, dejando solo tres estratos sociales: bajo, medio, y alto. Este sistema comprende toda la población en general, pero hace hincapié en que solo tomara en cuenta la población en edad escolar, la población que termine un estudio y se integre en la población económicamente activa, y la población que pida su acceso al sistema escolar. El sistema de estratificación, además, influye en aquellos que perseveran en el sistema escolar, más que nada, de forma económica. El costo de la educación tiende a ser más alto para los que proceden de los sectores sociales más bajos, y viceversa, así como a través de factores determinantes del aprovechamiento escolar. Los factores que están relacionados con los antecedentes socioeconómicos de los alumnos son de especial importancia.
El sistema de estratificación también genera desigualdades entre la calidad de los elementos para forjar la educación que se ofrecen a quienes proceden de distintos estratos sociales. Estos factores son la causa de que los sectores más bajos de la sociedad difícilmente perseveren más allá de las enseñanzas primarias.
Por todo esto, se demuestra que el sistema de estratificación social determina la generación de la demanda efectiva de la escolaridad. Pero también existen otros medios a través de los cuales dichos sistemas determinan la generación de oferta educativa.
La oferta educativa depende de la expansión y de la diversificación del sistema educativo, determinadas por políticas de asignación de recursos del sector público. La forma en que el sistema distribuye los bienes que dispone es determinada por el tipo de apoyos que dicho sistema recibe de los sectores que se benefician con las decisiones adoptadas.
Las mencionadas políticas de expansión y diversificación del sistema escolar son determinadas por las de expansión y diversificación del mercado de trabajo, que también están vinculadas con el sistema de estratificación social.
Comentario:
Según mi criterio, aun con todo el esfuerzo realizado, no se consiguieron las metas esperadas en el crecimiento del sistema escolar, más que nada por las insufiencias internas del sistema, lo cual se demostró en los estudios y encuestas realizadas en las distintas escuelas rurales y urbanas, donde se observó que el distanciamiento que existía antes se incrementó de una generación a otra.
Además, el desarrollo educativo del país fue el resultado de la interacción de diversos factores , la mayoría de los cuales dependió del sistema de estratificación social, la cual determino la oferta educativa a través de la capacidad de negociación, como la necesidad de recursos humanos derivados de la políticas de desarrollo económico que se han seguido.
Todo esto, a mi parecer, es culpa de la forma en que las estructuras de poder aplicaron el sistema. De haber considerado previamente que la educación también interactiva con otros sistemas políticos (y no es algo aislado de estos), quizás no se hubieran dado esa clase de resultados.
Referencia bibliográfica:
Muñoz Izquierdo, C. (1996) Análisis del papel de la educación formal en la transmisión intergeneracional de las desigualdades sociales en el caso de México (1958-1970). En: origen y consecuencias de las desigualdades educativas. Investigaciones realizadas en América Latina sobre el problema. (pp. 17-63). México DF., Fondo de cultura Económica.
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